"No creo que estemos viendo el fin del alperovichismo por el resultado de las elecciones", dice José Cano, pausadamente, durante la mañana de ayer. "En realidad, el fin del alperovichismo aconteció antes: cuando el gobernador se bajó de su candidatura a diputado porque sus encuestas le mostraron que no iba a salir bien parado y que debía despedirse de sus ganas de volver a reformar la Constitución. Armamos el Acuerdo Cívico y Social, y él supo que su ciclo terminaba -aseveró-. La construcción política del oficialismo fue un José Alperovich eterno. Por eso, el domingo ganamos los tucumanos".
Dice que está relajado. "Todo el análisis político del Gobierno estuvo a cargo de Sisto Terán y consiste en que el resultado de Tucumán se debe al cepo cambiario. Eso me tranquiliza", dice con ironía. Pero de inmediato dice por qué se siente confiado. "Hay voluntad de cambio. No lo supimos con encuestas, sino cuando caminamos por la Costanera, Trinidad o San Andrés. Hay que estar tranquilos y asumir la responsabilidad de darle alternativa de gobierno a la gente. Los tucumanos pidieron eso, nosotros nos hicimos cargo y nos premiaron con el voto", analiza.
Cano hace hincapié en que la construcción política del espacio que conduce comenzó hace tiempo. "En 2007, conseguimos votos por sólo un dígito. En 2009 logramos un 11%. En 2011, un 14%".
¿Cómo sigue esa construcción?, es la pregunta obligada. "Hablando menos de partido y más de Acuerdo". Lo que se traduce -según explica- en dos conceptos. El primero, más general, es que para 2015, "hay que hacer emerger a los actores más destacados de los municipios y las comunas. Hay que abandonar la mezquindad y poner a los mejores". Y no sólo apunta a San Miguel de Tucumán, Yerba Buena y Simoca, donde ganó. "Por ejemplo, hay que apuntalar en Concepción y en Bella Vista a los referentes que ya están instalados", anticipa.
La segunda idea de Cano apunta, particularmente, al interior. "La experiencia con los pequeños productores fue muy positiva. En el Tucumán profundo, ellos son los protagonistas del cambio", revela.
Blanco sobre negro
El titular del bloque de senadores de la UCR contrapone definiciones cerradas con puertas abiertas. "Hay muchas cosas que Alperovich no puede explicar. Que tenga chicos desnutridos y núcleos duros de pobreza, cuando la recaudación es récord", sentencia.
Pero ante la pregunta de este diario acerca de si asumirá como diputado -cargo para el que acaba de ser electo-, el senador con mandato hasta 2015 matiza la respuesta. "Está decidido que asumo desde el primer momento, aunque hay charlas pendientes con el partido y con los bloques. Uno se debe a un proyecto nacional, y eso a veces trascienden lo que uno quiere. Pero asumí todos los cargos para lo que fui electo y esta no será la excepción", manifiesta.
"La diputada Diana Conti dijo que quien gana tiene derecho a manejar los tres poderes. En Tucumán, a eso no lo dicen: lo ejecutan y de manera brutal", dispara.
"El Gobierno debe terminar de la mejor manera posible. Eso redundará en beneficio de la gente", auspicia. "Pero que Alperovich deje de negar la inseguridad y de culpar a los policías, y que ponga en el Ministerio de Seguridad Ciudadana un equipo que sepa", exige.
"Jamás tuve una charla con Domingo Amaya (intendente de la capital) referida a construir un proyecto político", aclara. Pero no clausura la posibilidad de conversar. "Dialogar es prioridad y lo haremos con todos", concede.
"La gente castigó la falta de sensatez y la mentira oficial", será su diagnóstico. Dirá que la sociedad padece la inseguridad, la desocupación y la inflación, y que el Gobierno contesta con publicidad sobre la entrega de patrulleros y datos del Indec acerca de que hay pleno empleo y de que los precios no suben. "Los tucumanos viven una realidad y el gobernante le dice que vive en otra. Eso hace el kirchnerismo. Eso repudió el pueblo".